sábado

Deseada despedida al verano

Ayer -o antes de ayer- dijimos adiós al verano. Adiós a la canícula, al sudor, a la arena, al ruido -del malo-, a la apatía, a las tardes eternas, a los atardeceres tardíos,  a los cielos descubiertos, a las noches de insomnio, a mi ridícula cárcel sin paredes, a la juerga insustancial, a las camisetas de tirantes, al exceso de tiempo, a la visión de homo sapiens sapiens antinaturalmente bronceados, a los anuncios e informativos vacíos de originalidad y contenido, a cruzarme con adolescentes aneuronales gritando por ahí...A todo eso - y a lo que me he dejado- le digo,o mejor dicho, le ordeno adiós.

Si tuviera un tumor, lo llamaría Verano. Verano, sin más, sin apellidos. Y le odiaría, le odiaría lentamente, no por matarme, sino por hacerlo sin ninguna prisa. Desangrándome gota a gota, suspiro a suspiro. Como hace el jodido estío, torturándote sin hacerlo rápido, sin dejar de hacerlo.

Y lo peor, mis confidentes semianónimos, es la manera que tiene de largarse. Podría admitir que su momento ha llegado, que el 23 de septiembre es su puto, periódico y predecible final  y que a partir de ahí ni pinta nada ni tiene nada que hacer. Pero no, el muy rastrero se queda ahí unos días más., compartiendo cama con el otoño.

2 llamadas:

-F osca dijo...

costó que se fuera...eso es así. yo soy de entretiempo. ni frío ni calor.

Luis Salares dijo...

....ahora viene la primavera, que deseando estamos que llegue.

Publicar un comentario