viernes

Economía, recesión y otras chicas del montón.

Wayne Flashblack entra en la sala sin saludar, se sienta en el diván de cuero rojo furcia y comienza a hablar:

"Últimamente me he aficionado a esa red social que está de moda hace bastante: twitter. A diferencia del resto de redes sociales, en twitter, la sagacidad, la capacidad de opinión o el sentido del humor se valoran más que la belleza, la popularidad o la chulería bruta; por lo que el mundo twittero es bastante interesante para aquel que busque un entorno cibernético cultivado.

Pero no he venido aquí a contarles nada de redes sociales, si no a hablarles de economía y la puta madre que la parió (A.K.A. Adam Smith). Y es que estaba yo, tan feliz y campante paseándome por twitter, cuando hubo algo que me llamó bastante la atención: El twitter de una economista que mantenía una acalorada discusión con un anarquista (Vamos, digo yo que era anarquista pues llevaba a Kropotkin de nick).La economista en cuestión no era ni famosa ni nada por el estilo, lo que intensificó mi curiosidad.

Sobre el anarquista no diré mucho ya que sus argumentos no variaban demasiado de los que expondría cualquier militante de la extrema izquierda que conozcan, lo que me llamó la atención fueron las premisas frías y distantes de la economista.

Ella, defendía a toda costa la no intervención directa del estado en la economía y se quejaba por que los ciudadanos no apechugábamos por el bien del sistema económico. Decía que las crisis son algo periódico e inevitable y que si hay que recortar derechos sociales para recuperar el bienestar económico, bienvenida sea la medida, pero a eso del librecambismo ni tocarlo. Entonces es cuando algo en mi cabeza hizo ¡Crack! y salió un torrente de ideas, respuestas y mala ostia teñidas de rojo.

¿Hasta que punto hemos llegado para distanciar tanto el funcionamiento económico de lo que somos? Que una chica que ha estudiado económicas defienda el bienestar de la economía a cambio de un sacrificio humano es tan irracional como quien prefiere una piruleta a un canasto de trigo para alimentar a su familia.

Si el sistema económico falla, no vamos a irnos a la mierda por ello. Después de todo, lo del dinero y tal no es mas que un medio muy brillante y muy bonito él para representar el trabajo (que es lo que de verdad importa). Y que quieren que les diga, antes quemo los pocos billetes que hay en mi cartera, que morirme de  hambre.

Que lo que ahora nos está matando es una ilusión, algo tan inexistente como los unicornios o los hipogrifos. Y espero que dentro de poco se acabe todo este cuento. "

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